Diálogo con Marta Andreu (España), tutora del Pitching Documental

¿Qué significa el DocMontevideo para vos?

Para mí el Doc significa un espacio de reencuentro y de crecimiento. Mi vinculación se remonta al inicio y frente a una pregunta como esta, no puedo sino remontar en el tiempo y acordarme incluso de los meses previos a la primera edición, cuando todo era una idea, un proyecto, un sueño. Esa mezcla de incertidumbre y de ilusión. Y a partir de ahí, cómo despegó y cómo no dejó de crecer y transformarse sin alejarse un ápice de ese primer espíritu.  Y claro, me es muy difícil no verlo con esa perspectiva: pensar en cómo nos hemos ido acompañando los unos a los otros durante todos estos años, manteniendo siempre viva la inquietud para seguir aprendiendo, descubriendo y reinventándonos, y al mismo tiempo abriendo espacio para nuevas miradas, nuevas formas de hacer, nuevas generaciones.

¿Qué te gustaría resaltar de la experiencia de tu taller de escritura en Pitching Documental?

Inevitablemente, aunque el DocMontevideo sea un evento que incluye más actividades, yo cada vez más lo vinculo especialmente al espacio del taller de escritura, que es a lo que esencialmente le dedico todo mi tiempo y energía. La idea del taller es generar y ofrecer un espacio a los cineastas para poder repensar, re-escribir las películas, un lugar para poder cuestionar el propio proceso, molestarlo, inquietarlo, incluso desarmarlo para poderlo rearmar de nuevo. Se trata de tomar distancia y mirarse mirar, preguntarse qué es lo que se está buscando explorar, desde dónde y con qué propósito. Se trata de permitirse perderse, de navegar entre lo que sabemos y lo que no sabemos, de empujar la película hacia adelante y descubrirla, alejándose del «cómo hay que hacer las cosas» para acercarse y reconocer la propia voz. Esa voz, esas voces son acompañadas en el taller  para que den con la valentía y la generosidad necesarias para fragilizarse, abrirse, exponerse, entregarse, y asumir una toma de posición poética, política. 

¿Qué nuevas posibilidades piensas que nos puede brindar la experiencia virtual?

Esta ya va a ser la segunda edición virtual. Si me centro en la experiencia del taller, no podemos negar que hay algo que se pierde, la experiencia del lugar, de esta juntos en un mismo lugar físico, las presencias de los cuerpos, los abrazos, el intercambio espontáneo, continuado, el compartir ese invierno de Montevideo, de continuar a la noche informalmente, la excitación del momento, la tensión de la presentación de los proyectos en el pitch. Hay algo que tiene que ver con un cierto ritual que no está. Pero hemos ganado cosas a cambio. Y eso hay que celebrarlo. La experiencia virtual nos ha permitido dilatar el tiempo de trabajo, ofreciendo más margen de reflexión y reescritura a los proyectos. Las sesiones de trabajo ganan en concentración (no diré intensidad porque ¡ya lo fueron siempre, de intensas!) y el avance es muy visible, muy palpable. Si pienso a futuro, siento que un modelo que incorporara la virtualidad sería ideal. Y quedarnos con lo mejor de cada uno de esos dos mundos.

¿Cuáles son los desafíos para la creación documental en este contexto?

En cuanto a los desafíos, no creo que la virtualidad aporte retos específicos para la creación. Es decir, seguramente hay obstáculos, pero los siento menores y además muy selectivos. Por ejemplo, habrá quien sienta la distancia y la sufra, pero habrá quien la encuentre conveniente por temas familiares. El pitch por ejemplo pierde en lo ritual, pero para aquellos que sufren pánico escénico, la virtualidad habrá sido poco menos que una bendición. Hay quien extrañará sobremanera el no poder viajar y perderse el encuentro físico. Y para otros, el poder participar sin tener que desplazarse será una ventaja ya que los costos se reducen. 

 

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