Diálogo con Arami Ullón, directora de “Apenas el Sol” (Paraguay-Suiza, 2021)

¿Podés presentar con tus palabras tu película?  

“Apenas el Sol», acompaña a Mateo Sobode Chiqueno, un documentalista miembro del pueblo Ayoreo del Paraguay. Mateo recorre el devastado Chaco paraguayo, para encontrarse con otros ancianos Ayoreo, que así como él, fueron nómadas y libres. Vivían en los bosques chaqueños, sin ningún contacto con la civilización de los blancos, hasta que misioneros religiosos los forzaron fuera de su territorio. En los años setenta, Mateo se dio cuenta de que la evangelización estaba terminando con la cultura de su pueblo, y decidió empezar a grabar en cintas magnéticas las historias de los sobrevivientes de aquel brutal desarraigo. Los que perdieron a sus familias, sus creencias, su forma de vida y su hogar, intentan  ahora preservar lo que queda de su cultura.

¿Cuál fue el germen de la película, de dónde surgió tu motivación? 

Me conmueve mucho que los ayoreos hayan perdido su hogar tan violentamente, y que les sea imposible recuperarlo. Es un hogar al que ya no se puede volver. El hogar de los ayoreos es el monte, la selva. Y la selva chaqueña es una de las áreas más deforestadas del mundo. Así, el territorio Ayoreo es derribado, quemado, todos los días. Y lo que aún queda de él, está tomado por diferentes grupos de usurpadores. Es una situación que llama a la urgente solidaridad de grupos indígenas y no indígenas. 

 ¿Qué momentos fueron claves para el desarrollo de la película? 

El proceso de investigación, teórica y vivencial, se extendió desde el 2013 hasta el 2016. En esta primera etapa, la guía del antropólogo Benno Glauser fue clave. Él trabajó por muchos años con el pueblo ayoreo. En este periodo también me encontré con el protagonista del filme, Mateo Sobode Chiqueno. Desde entonces, Mateo y yo, empezamos a construir un vínculo de confianza que nos permitió profundizar en la historia y situación actual del pueblo Ayoreo, visto desde su propia experiencia. Pero, es importante decir, que la investigación no se detuvo allí. La complejidad del universo ayoreo y su problemática frente a la cultura occidentalizada, hicieron necesario que sigamos el proceso de aprendizaje durante los periodos de rodaje del 2018 y 2019. También, la edición fue reveladora en este sentido, ya que fue la primera vez que nos encontramos con el material completamente traducido del ayoreo al español, con toda precisión y detalle.

¿Podés contarnos algo sobre tus nuevos proyectos?

Estoy desarrollando dos largometrajes a la vez, y al mismo tiempo tratando de lograr un estreno de “Apenas el Sol” que pueda llegar a los ayoreos en sus comunidades chaqueñas y a los paraguayos.

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